El parto mediante cesárea tiene más riesgos que el parto vaginal

Debemos ser cuidadosos a la hora de indicar una cesárea.

Es cierto que es una operación que ha mejorado mucho en su seguridad, por los avances conseguidos en anestesia, técnicas quirúrgicas, prevención de infecciones o sangrados puerperales, de modo que los ginecólogos nos sentimos cómodos cuando nos toca realizarla, sabiendo que en la inmensa mayoría de los casos podemos garantizar el bienestar tanto de la madre como del hijo.

Pero no es menos cierto que, a pesar de todo, tiene más riesgos que el parto natural.

En mayo de este año se han publicado datos procedentes de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) -que viene a ser la agencia estadounidense que trabaja para mejorar la salud en ese país- que informan de que el parto mediante cesárea conlleva mayor riesgo para la mujer que el parto vaginal. Tanto las transfusiones de sangre, como la necesidad de ingresar en Unidades de Cuidados Intensivos son más frecuentes después de la primera cesárea. El informe también muestra que después de que se realice una cesárea, la posibilidad de que los siguientes partos terminen en cesárea llegan en ese país al 90%.

Por lo tanto, sin perder de vista que, cuando está correctamente indicada, la cesárea protege la salud de la madre y el feto, es importante que procuremos conseguir que el parto transcurra de la manera más natural posible.